Tengo los pies helados
y eso me hace hablar cosas que no tienen que ver conmigo
tenía tantas ideas en la cabeza hace un rato
ideas sueltas
algo vagas
de cómo hacer las cosas
de cómo empezar la mañana bien
tuve miedo de que se me acalambraran los brazos
es que escribir cansa, sobre todo cuando lo haces con lapiz y papel.... y cuanto tienes que contar mucha historia suelta que has oído en tardes borrachas por Santiago.
Me juzgaste por un reencuentro anónimo
yo no quería desabrocharte el botón del pantalón
sólo quería mirar por el espejo lo que hacías a mis espaldas
yo sólo quería tomarte de las manos
y saber lo que sentías hacia mi, nada más
empezaste con los mismos sermones de siempre
Yo no quería que las cosas se transformaran en desabrochar botones
pero tú insistías cuando me mirabas con cara de curioso por ese espejo
tuve miedo de ti y de tu gente
tuve miedo de toda la gente
no pertenezco a ningún lugar
y no me tildan de diferente
al contrario
todos me dicen que soy un emo que pasa muy piola entre todas estas tribus
yo sólo quería decir adios...Pero llegaban todos e insistían en que me quedara un rato más a la fiesta. Yo accedí para no quedar como tonto grave....Pero incurrí en faltas graves.
Las horas que pasamos frente a la palya mirando el atardecer se me hicieron eternas. Tu leías. Yo tomaba el sol.Tu fumabas. Yo te miraba de reojo con los gafas oscuras. Yo me hacía el dormido y tú me mirabas entero, de arriba a abajo, como queriendo decirme, ven, te espero, esta noche serás mío y no de otro. No me hice rogar y medio aturdido por el sol nos encontramos encerrados en el baño del hotel. Todavía recuerdo la cara que pusiste cuando entró tu polola y nos vío a los dos. Yo me reía. no sé si de aturdido de insolación o por tu cara de infelicidad.