miércoles, 22 de abril de 2009

En la orilla de otra orilla 1

Tengo los pies helados
y eso me hace hablar cosas que no tienen que ver conmigo
tenía tantas ideas en la cabeza hace un rato
ideas sueltas
algo vagas
de cómo hacer las cosas
de cómo empezar la mañana bien
tuve miedo de que se me acalambraran los brazos
es que escribir cansa, sobre todo cuando lo haces con lapiz y papel.... y cuanto tienes que contar mucha historia suelta que has oído en tardes borrachas por Santiago.
Me juzgaste por un reencuentro anónimo
yo no quería desabrocharte el botón del pantalón
sólo quería mirar por el espejo lo que hacías a mis espaldas
yo sólo quería tomarte de las manos
y saber lo que sentías hacia mi, nada más
empezaste con los mismos sermones de siempre
Yo no quería que las cosas se transformaran en desabrochar botones
pero tú insistías cuando me mirabas con cara de curioso por ese espejo
tuve miedo de ti y de tu gente
tuve miedo de toda la gente
no pertenezco a ningún lugar
y no me tildan de diferente
al contrario
todos me dicen que soy un emo que pasa muy piola entre todas estas tribus
yo sólo quería decir adios...Pero llegaban todos e insistían en que me quedara un rato más a la fiesta. Yo accedí para no quedar como tonto grave....Pero incurrí en faltas graves.
Las horas que pasamos frente a la palya mirando el atardecer se me hicieron eternas. Tu leías. Yo tomaba el sol.Tu fumabas. Yo te miraba de reojo con los gafas oscuras. Yo me hacía el dormido y tú me mirabas entero, de arriba a abajo, como queriendo decirme, ven, te espero, esta noche serás mío y no de otro. No me hice rogar y medio aturdido por el sol nos encontramos encerrados en el baño del hotel. Todavía recuerdo la cara que pusiste cuando entró tu polola y nos vío a los dos. Yo me reía. no sé si de aturdido de insolación o por tu cara de infelicidad.

domingo, 19 de abril de 2009

objetivo inconcluso

Creí ciegamente que las cosas podían tener algún grado de especificidad en cuanto a poner objetivos claros para desarrollar ciertas actividades o deseos internos, pero con el pasar de los días me fui dando cuenta que era imposible mantener especificidad, sobretodo cuando las cosas se me iban de las manos...

Pensaba que las personas tenían ciertas reacciones y no otras.Pensaba que todo era más simple al hablar de objetivos claros, metas que quiero alcanzar para en un futuro no sentirme defraudado con mi mismo.
Es verdad que ya no puedo girar las manecillas del reloj y decir, perdón, me arrepiento de mis actos. Perdón,no soy ese que en realidad pensaba que era...
Quiero decirte tantas cosas al oído
eres sordo
y sé de antemano que no me escucharás
sé de antemano que huirás en el auto blanco que conduces para ir al trabajo
huirás como el gato del perro
porque tu eres aceite y yo soy agua
en conclusión no podré cumplir mis objetivos, porque cada vez te alejas más del norte...

viernes, 17 de abril de 2009

Dónde están

Recuerda lo que dije la otra vez. No quiero ir a parte alguna sin vos. Me cansé y me seguiré cansando, mientras escucho a Gepe me acuerdo del barco que cruza el Canal de Chacao rumbo a Chiloé. Me aburrí de las casas grandes y bonitas. Ahora es todo más romántico en la ciudad mientras voy camino a Estación Central. Tres paredes me rodean y una cuarta me asfixia. No he podido concluir las historias de papel craf. Soy alguien bastante inconcluso. Quiero alejarme por segundos de mi propio espacio e invadir cuartos de quienes no me conocen. Cada día que pasa voy desapareciendo más de casa. Las sábanas no las cambio hace más de un mes. Están manchadas con líquidos viscosos de ensueño. Quiero engordar sabiduría y llorar desesperación.
No sé dónde están.
Siempre me arranco para nunca nunca quedar mal con nadie. Tengo cosas pendientes y marchar tan pronto sería dejar las cosas inconlusas como acostumbro a hacerlo. Me parece que todos se fueron de vacaciones o quieren esconderse en distintos lados, me parece que la Señora Gloria quiere insultar a todo el mundo. Obsérvenla y díganle que vaya a freir monos al África.
Recuerda tú, si tú, el que lee las historias del cuadernito rosa, que te llevo en mi mochila exploradora y te achiqué con las pastillas de chiquitolina del Chapulín Colorado. Recuerda hablar bajo, aveces me perturba toda persona que roza su boca aquí en mi oído. Veo el mar, veo la orilla del mar, con una capa de pasto humeda, suave y blanda. Y te veo a ti, corriendo en la otra orilla a pata pelá, con tu pantalón corto y tu camisa a cuadros. Quiero que me cantes una canción con la brisa marina. Quiero creer que no estoy en la ciudad, menos en Estación Central donde abundan los rotos y la fauna chilena se hace presente. Y los días no se tornan románticos, todo eso era mentira. Tomaré ese tren que va a Valparaiso, pero sólo pasa en sueños. Tomaré un tren rumbo a la playa para esperarte en esa pradera de pasto, para esperarte a pata pelá con la pelota de playa y cosquillas de chocolates en la guata.